CRÍTICA SOBRE LA CLASE DE PSICOLOGÍA
Para
analizar bien las clases de psicología, tenemos que entender que al ser una
optativa muchos la consideran una de esas asignaturas ‘maria’, es decir, en las
que no hay que esforzarse tanto para sacarla o no es tan difícil. Esto tiene
repercusiones buenas y malas. Por un lado, al tener ese estigma muchos
subestiman la asignatura y no la desarrollan correctamente o no le prestan la atención
suficiente (lo que luego repercute en la nota, que podría ser superior). Pero
la parte positiva de estas optativas es que se disfrutan más, al no tener la presión
o el estrés que te puede causar, por ejemplo, matemáticas, los alumnos cuando
llega la hora de psicología, se relajan, escuchan al profesor y al final
terminan la clase contentos y con una valoración positiva de ella. Claro que
esto no se consigue tan fácil ni siempre es así, interfieren más factores, como
la forma de impartir la asignatura, el método de aprendizaje y de calificación,
y por supuesto el profesor.
Nuestra
clase de psicología sigue un método, bajo mi opinión, muy correcto. Tenemos
unos apuntes con los que seguir la clase mientras el profesor explica los temas
correspondientes. Sin duda lo mejor de la clase es el ambiente del grupo y la
relación con el profesor. Los alumnos se sienten con libertad de preguntar
cualquier duda, que Enrique siempre responde perfectamente, además de que
repite lo que no se haya entendido a la primera. Lo bueno de una asignatura
como psicología es que te permite adaptar el temario a ejemplos cotidianos perfectamente
aplicables a la vida de todos los alumnos, y eso es algo que Enrique hace muy
bien. No solo que te permite entender mejor lo que se está diciendo al poder
relacionarlo con tus vivencias personales, sino que crea un ambiente seguro en
el que todos podemos expresarnos y además conocernos más. La mayoría de clases
acaban con un debate o alguna historia interesante, que hace que los alumnos
quieran seguir la clase y escuchando al profesor, de hecho, muchas veces, nos
hemos quedado unos minutos después de que suene la campana. Y eso desde luego
es difícil de conseguir en bachillerato, un hito incluso.
En cuanto
a las pruebas y exámenes, no suponen una gran dificultad si has atendido en clase
y entendido todo, además, el tener el respaldo de los apuntes te ayuda
responder las preguntas con más seguridad. Pero, por si no fuera suficiente, el
profesor acepta una serie de actividades voluntarias para subir tu nota, todo
son facilidades, que yo creo que todos apreciamos. Por último, los aspectos
negativos. No veo muchos excepto tal vez la falta de tiempo, como, por ejemplo,
para ver vídeos, que hay que ver en tu tiempo libre en casa, pero es debido a
la división de turnos por consecuencia de la pandemia y lo mismo pasa con dar
parte de las clases de forma virtual, algo que ya discutí en otra entrada de
este blog. Obviando este tipo de inconvenientes, pienso que el desarrollo de
las clases de psicología de este curso ha sido realmente bueno, quizás de las
clases más interesante que tenemos y que yo, al menos, disfruto más.
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